lunes, 10 de enero de 2011

TEMA 6: HERRAMIENTAS PSICOLÓGICAS DE LA CREATIVIDAD

La motivación

En psicología y filosofía, motivación son los estímulos que mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación.
Es el impulso que inicia, guía y mantiene el comportamiento, hasta alcanzar la meta u objetivo deseado.
La motivación exige necesariamente que haya alguna necesidad de cualquier grado; ésta puede ser absoluta, relativa, de placer o de lujo. Siempre que se esté motivado a algo, se considera que ese algo es necesario o conveniente. La motivación es el lazo que une o lleva esa acción a satisfacer esa necesidad o conveniencia, o bien a dejar de hacerlo.
Los motivos pueden agruparse en diversas categorías:
  • En primer lugar figuran los motivos racionales y los emocionales.
  • Los motivos pueden ser egocéntricos o altruistas.
  • Los motivos pueden ser también de atracción o de rechazo, según muevan a hacer algo en favor de los demás o a dejar de hacer algo que se está realizando o que podría hacerse.
La motivación también puede ser debida a factores intrínsecos y factores extrínsicos. Los primeros vienen del entendimiento personal del mundo y los segundos vienen de la incentivación externa de ciertos factores.
Factores extrínsicos pueden ser:
§  El dinero
§  El tiempo de trabajo
§  Viajes
§  Coches
§  Cenas
§  Bienes materiales
Todos estos factores pueden incrementarse o reducirse en el espacio alrededor del individuo, sin embargo, los factores intrínsecos dependen del significado que le de la persona a lo que hace. Si bien es cierto, los llamados factores extrínsecos también dependen de esta interpretación de la persona, éstos pueden cambiarse radicalmente de forma muy rápida mientras que los intrínsecos requieren de un trabajo de asimilación más adecuado a la mente del individuo. Los factores intrínsecos tratan de los deseos de las personas de hacer cosas por el hecho de considerarlas importantes o interesantes.
Existen tres factores intrínsecos importantes:
·         Autonomía: El impulso que dirige nuestras vidas, libertad para tener control sobre lo que hacemos.
·         Maestría: El deseo de ser mejor en algo que realmente importa
·         Propósito: La intención de hacer lo que hacemos por servicio a algo más grande que nosotros mismos.

Memoria y asociación
La memoria es la capacidad mental que posibilita a un sujeto registrar, conservar y evocar las experiencias (ideas, imágenes, acontecimientos, sentimientos, etc.). El Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española la define como: «Potencia del alma, por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado».
La memoria se puede clasificar en base a dos criterios: según su duración y según su contenido o utilización.
Según su duración, la memoria puede ser:
·         Memoria sensorial:
o   Visual: de escasa duración, menos de medio segundo.
o   Auditiva: también breve, entre uno y dos segundos de duración.
·         Memoria inmediata (memoria a corto plazo): Duración de menos de un minuto, y limitada a unos pocos objetos.
·         Memoria reciente: Su duración oscila entre unos minutos y varias semanas, y su capacidad de almacenamiento es mayor que la de la memoria inmediata.
·         Memoria remota: Mantiene la información desde semanas hasta toda la vida.

Según su contenido, la memoria puede ser:
·         Memoria de referencia: Contiene la información reciente y remota obtenida por experiencias previas.
·         Memoria de trabajo: Se aplica a un proceso activo que está siendo actualizado de manera continua por la experiencia de un momento determinado.
·         Memoria episódica: Contiene la información relativa a sucesos acontecidos en un momento y lugar determinados.
·         Memoria semántica: Contiene información que no varía, como por ejemplo el número de horas que tiene el día o las capitales de provincia de Andalucía.
·         Memoria declarativa (o explícita): Contiene los hechos del mundo y los acontecimientos personales del pasado que es necesario recuperar de manera consciente para recordarlos.
·         Memoria de procedimiento (o implícita): Aprendizaje y conservación de destrezas y habilidades, como peinarse o montar en bicicleta. Estos procedimientos se automatizan y no precisan de una ejecución consciente.

Potenciando la creatividad personal
Para desarrollar este apartado es necesario citar a Mihaly Csickszentmihalyi. Empezamos por el supuesto de que cada persona tiene toda la energía psíquica necesaria para llevar una vida creativa. Sin embargo, hay cuatro tipos principales de obstáculos que impiden a muchos alcanzar ese potencial: algunos están agotados pues se exigen mucho cada día; otros se distraen fácilmente y tienen dificultad de aprender la manera de proteger y canalizar la energía que tienen. El siguiente problema es la pereza, o la falta de disciplina para controlar el flujo de energía. Y finalmente, el último obstáculo es no saber que hacer con la energía que uno tiene.
Según Csickszentmihalyi, el primer paso para desarrollar nuestra energía creativa es aprender a canalizar nuestra curiosidad y el interés que nos despiertan ciertas cosas. Para potenciarlas y aprender a canalizarlas, se determinan algunas pautas:
  • Intenta que cada día te sorprenda algo.
  • Intenta sorprender al menos a una persona cada día.
  • Pon por escrito cada día lo que te ha sorprendido y en que has sorprendido a los demás.
  • Cuando algo haga saltar una chispa de interés, préstale atención.
Cuando salta esa chispa de curiosidad, debemos intentar mantenerla y mejorarla, hacer fluir la enegía creativa que nos transmite. Existen algunos consejos para conseguirlo:
  • Despiértate por la mañana con una meta concreta que te ilusione. Recuerda que levantarse por la mañana es un privilegio no una rutina.

  • Si haces algo bien, se vuelve agradable. Cuantas más actividades hacemos con excelencia y estilo, más intrínsecamente gratificante se vuelve la vida.

  • Hazte cargo de tu horario. Es posible que el horario que estás siguiendo no sea el mejor para tus propósitos. Tenemos que prestar atención a cómo se ajusta el horario que seguimos a nuestros estado interiores: cuándo nos sentimos mejor comiendo, durmiendo, trabajando, etcétera. Una vez que hayamos determinado los ritmos ideales, podemos empezar la tarea de modificar las cosas para poder hacerlas cuando sea más oportuno.

  • Saca tiempo para la reflexión y la relajación.

  • Modela tu espacio. Es importante vivir en un lugar que no consuma mucha energía potencial. La idea es proporcionar un entorno neutral que no perturbe el flujo de la conciencia con distracciones. El tipo de objetos con que llenas tu espacio también ayuda o dificulta la distribución de las energías creativas.

  • Empieza a hacer más aquello que te gusta, y menos aquello que no te gusta. Lo más importante es asegurarte de que gastas tu energía psíquica de tal manera que reporta los rendimientos más altos desde el punto de vista de la calidad de la experiencia.

Es muy importante trabajar con nuestra mente para conseguir que fluya la creatividad. Nosotros mismos debemos esforzarnos por concentrar nuestra energía en aquellas actividades que nos potencien la creatividad para abrir la mente a nuevas ideas y conceptos.

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